Artista: J. Slattum
“Cuando el orgullo surge del conocimiento, eso siempre es una señal de que algo en el conocimiento de uno está terriblemente mal.Porque cuando el conocimiento está verdaderamente presente, hace que uno se humille de una manera completamente natural”.~ Rodolfo Steiner
“Cuando el hombre va en busca del Camino [fuera de la matriz], generalmente significa que algo dentro de él se ha derrumbado. El colapso interior lleva a ciertas consecuencias. El hombre comienza a ver las cosas bajo una luz diferente. Pueden resultar dos efectos diametralmente opuestos.
Si el hombre es suficientemente fuerte e imparcial, no bajará los ojos ante la realidad implacable. Tendrá el coraje de encarar las cosas directamente, y de aceptar las constataciones que le sean impuestas, por desagradables que sean. Esto significa que ha iniciado con firmeza el camino que lleva al camino del Acceso al Camino. Por otro lado, si el hombre es débil, esta experiencia lo debilitará aún más. La ley es explícita: “A todo el que tiene, se le dará”. Pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene.' Si el hombre no acepta su situación y, en particular, su estado interior tal como se le aparece, gracias a breves iluminaciones de la conciencia de lo real— si es obstinado contra toda evidencia, justificando su Personalidad protegiéndose detrás de la lógica, la legitimidad y la justicia, entonces dará la espalda al camino del Acceso, y se adentrará aún más en el desierto [de la matriz].
Nadie puede llegar al camino de Acceso al Camino, sin pasar antes por una quiebra interior; un colapso moral [desilusión]. También es imprescindible la economía de energías, ya que el camino hacia y en el Camino exige su total movilización. Cualquier gasto injustificado puede conducir al final al fracaso. Siempre debemos tener esto en cuenta. En general, la reacción de los que nos rodean ante alguien que comienza a buscar el Camino es negativa. Esta actitud negativa es el resultado de la acción de la Ley General [fuerzas de la matriz], que, como sabemos, tiende a mantener al hombre en su lugar. No pudiendo hacerlo directamente por la acción de la Ilusión, la Ley General, cuando pierde su dominio sobre el hombre que se “mueve”, actúa indirectamente por mediación de los que le rodean [El “Síndrome del Agente Smith”].
Es una situación clásica. Por su parte, después de haber pasado por la bancarrota moral, el que busca el Camino se vuelve diferente de los hombres que continúan viviendo dentro de los límites permitidos por la Ley General, y así toman los espejismos por realidad. Debido a esto, se sentirá cada vez más aislado [proceso necesario de alienación/aislamiento]. El centro de gravedad de su interés se volverá progresivamente hacia el trabajo esotérico, que terminará por absorberlo por completo. El 'Mundo' le será hostil, porque sus propios propósitos son diferentes; no le interesa provocar esta tendencia, y menos mantenerla viva. Llegará el día —si permanece en el mismo medio— en que, salvo raras excepciones, será odiado abierta o secretamente.
Si reflexionamos sobre esto en profundidad, comprenderemos que psicológicamente esta actitud hostil del “Mundo” hacia alguien que realiza un trabajo esotérico no es sólo un fenómeno normal sino, por así decirlo, necesario. Si el que vive en el desierto —y se contenta con estar allí— aprobara la actitud del que anda por el camino, equivaldría a reconocer su propia quiebra. Por eso el 'Mundo' considera a este último como un fracaso. Cuanto más avanza en su trabajo, más se convierte en objeto de odio. Por eso se dice que: “ningún profeta es aceptado en su propia tierra” y por eso “el profeta es despreciado en su tierra, entre sus allegados y en su propia casa”.
Esa indicación es precisa y no deja lugar a dudas. Aquel que quiera iniciar estudios esotéricos, está invitado a pensarlo dos veces y sopesarlo todo, antes de precipitarse a cruzar el foso-umbral. Repetimos que no le será posible volver a la vida exterior y encontrar allí su lugar, sus placeres y su satisfacción como en el pasado. De ello se deduce que se volverá cada vez más un extraño para su entorno; que perderá cada vez más el interés por la vida exterior, en la que sólo ayer participó plenamente. La apariencia de las cosas, y especialmente de los seres, sufre un profundo cambio a sus ojos. Un día se sorprenderá al constatar que ciertos rostros que sólo ayer le parecían muy hermosos ahora le revelan huellas de bestialidad detrás de sus rasgos: ¡no todos, pero sí muchos!
Sin embargo, además de las dificultades que son los primeros resultados de su evolución, tal hombre recibirá impresiones consoladoras, especialmente en sus relaciones humanas. Se sorprenderá al percibir un día que ciertos rostros que ayer le parecían ordinarios, hoy brillan en sus ojos con una brillante belleza. Es porque su vista, agudizada por el trabajo esotérico, ha adquirido la facultad de penetrar más allá de la corteza exterior. Es entre estos seres más brillantes donde encontrará a sus nuevos amigos. Su sociedad lo recibirá como uno de los suyos. Se hará entender entre ellos, y su comunidad de fines e intereses comunes será un estímulo y una ayuda para todos.
~ Boris Mouravieff, Gnosis