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Negación total de la liberta

Artista: J. Slattum

“Existe este hermoso océano de felicidad y conciencia que cualquier ser humano puede alcanzar sumergiéndose en él, que es realmente pacífico y armonioso y puede ser animado por el proceso grupal”.~David Lynch


Vamos a averiguar juntos si es posible generar orden en nuestra vida diaria de relación.


Porque la relación es la sociedad. La relación entre ustedes y yo, entre yo y otra persona, es la estructura de la sociedad. Lo estoy planteando muy, muy sencillamente. Y cuando no hay orden en esa relación, como no lo hay en la actualidad, entonces cualquier clase de acción ha de ser, por fuerza, no sólo contradictoria, sino que ha de producir muchísimo dolor, daño, confusión y conflicto.


Si meramente se sientan para que alguien les hable, o les ofrezca una conferencia, entonces me temo que ustedes y yo no podremos viajar juntos, asidos de la mano. Les ruego, pues, que observen sus propias mentes, su propia relación no importa con quién, con la esposa, con los hijos, el vecino o el gobierno y vean si en esa relación hay orden; porque el orden es necesario, la precisión es necesaria. El orden es virtud, es realmente matemático, puro, completo, y vamos a descubrir si existe un orden semejante.


Nadie puede vivir sin relación. Uno podrá retirarse a las montañas, convertirse en monje, en sanyasi,marcharse completamente solo al desierto, pero está relacionado. No puede escapar de

ese hecho absoluto. No puede existir en aislamiento. Su mente podrá pensar que existe en el aislamiento o podrá producir un estado interno de aislamiento pero, aun en ese aislamiento, uno está relacionado. La vida es relación, el vivir es relación. No podemos vivir si ustedes y yo hemos construido un muro alrededor de nosotros y sólo ocasionalmente atisbamos por encima de ese muro. De manera inconsciente, profunda, por debajo del muro, estamos relacionados. No creo que hayamos prestado una gran atención a este problema. Nuestros libros no hablan acerca de la relación; hablan acerca de Dios, de prácticas y métodos, de cómo respirar, de no hacer estoo aquello, pero, según me han dicho, jamás mencionan la relación.


La relación implica responsabilidad, tal como la implica la libertad. Estar relacionado es vivir; eso es la vida, eso es la existencia. Y si en esa relación hay desorden, toda nuestra sociedad, todanuestra cultura se desmoronan, como está sucediendo hoy en día.


Entonces, ¿qué es el orden, qué es la libertad y qué es la relación? ¿Qué es el desorden? Porque cuando la mente comprenda de verdad, profundamente, internamente, qué es lo que genera desorden, entonces, desde ese discernimiento, desde esa percepción alerta, desde esa observación surgirá naturalmente el orden. Esto no es un anteproyecto de lo que el orden debería

ser; así es como hemos sido educados: a base de una norma establecida por las religiones, por las culturas, acerca de lo que debe ser el orden, o de lo que es el orden. La mente ha tratado de amoldarse a ese orden, ya sea un orden cultural, un orden social, legal o religioso; ha tratado de amoldarse al patrón establecido por la actividad social, por ciertos líderes, instructores. Para mí,

eso no es orden, porque implica amoldamiento; y donde existe el amoldamiento hay desorden.


Donde existe la aceptación de la autoridad hay desorden. Donde la vida es comparativa, o sea, donde uno se mide en relación con alguien, donde se compara con alguien, hay desorden. Les

mostraré por qué.


¿Por qué se amolda nuestra mente? ¿Se lo han preguntado alguna vez? ¿Se dan cuenta ustedes de que se amoldan a un patrón? No importa de qué patrón se trate, si es uno que han establecido por sí mismos o si es un patrón establecido para ustedes. ¿Por qué siempre nos estamos amoldando? Donde hay amoldamiento no puede haber libertad, es obvio. Sin embargo, la mente está buscando siempre libertad; cuanto más inteligente es, cuanto más alerta y perceptiva, mayor es su exigencia de libertad. La mente se amolda, imita, porque en el amoldamiento, en el seguimiento de un patrón, hay más seguridad.


Éste es un hecho evidente. Hacemos socialmente toda clase de cosas porque es mejor amoldarse. Uno puede haber sido educado en el extranjero, puede ser un gran científico, un gran político, pero siempre existe un temor oculto de que si no va a los templos o no hace las cosas comunes que le han dicho que debe hacer, algo malo podría ocurrirle; por consiguiente, se amolda. ¿Qué le ocurre a la mente que se amolda? Investíguenlo,

por favor. ¿Qué le ocurre a la mente de ustedes cuando se amolda? Ante todo, hay una negación total de la libertad, una negación total de la percepción, una negación total de la investigación

independiente. Cuando uno se amolda hay temor, ¿verdad? Desde la infancia, la mente ha sido adiestrada para imitar, para ajustarse al patrón establecido por la sociedad: aprobar exámenes,

lograr un título, si somos afortunados, conseguir un empleo, casarnos y se terminó. Aceptamos ese patrón y tenemos miedo de no seguirlo.


Así, pues, internamente negamos la libertad, internamente estamos atemorizados, sentimos de algún modo que no estamos libres para descubrir, investigar, explorar. Y eso produce desorden en nuestras relaciones. Ustedes y yo estamos tratando de investigar esto realmente a fondo, de

tener un verdadero discernimiento al respecto, de ver la verdad de ello; y es esta percepción de la verdad la que libera a la mente, no alguna práctica, no la actividad de la investigación, sino la

real percepción de «lo que es».


Nosotros generamos desorden en la relación, tanto interna como externamente, a causa del temor, del amoldamiento, de la medida, la cual es comparación. Nuestra relación se halla en desorden, no sólo la que tenemos el uno con el otro, por íntima que sea, sino también externamente. Si vemos con claridad ese desorden, no allí fuera sino aquí dentro, profundamente en nosotros mismos, si vemos todas las implicaciones de ello, entonces, desde esa percepción adviene el orden. Entonces no tenemos que vivir conforme a un orden impuesto. El orden no se

basa en un patrón, en un anteproyecto; surge de la comprensión acerca de lo que es el desorden.


Cuanto más comprendemos el desorden en la relación, mayor es el orden. Tenemos que descubrir, pues, qué es nuestra relación mutua.


¿Qué es nuestra relación con otro? ¿Tenemos relación alguna? ¿O nuestra relación es con el pasado? El pasado, con sus imágenes, su experiencia, su conocimiento, da origen a lo que

llamamos relación. Pero el conocimiento en la relación causa desorden. Digamos que yo estoy relacionado con usted. Soy su hijo, su padre, su esposa, su marido. Hemos vivido juntos; usted me ha lastimado y yo le he lastimado. Usted me ha regañado, me ha intimidado, me ha golpeado,ha dicho cosas duras a mis espaldas y me las ha dicho cara a cara. Así, pues, he vivido con ustedes durante diez años o durante dos días, y estos recuerdos permanecen: las ofensas, lasirritaciones, los placeres sexuales, los enojos, las palabras brutales y demás.


Esas cosas estánregistradas en las células del cerebro que contienen la memoria. De modo que mi relación conusted se basa en el pasado.


El pasado es mi vida. Si usted lo ha observado, habrá visto cómo lamente, la vida que usted lleva, las actividades que desarrolla, están arraigadas en el pasado. Larelación arraigada en el pasado tiene que crear desorden. O sea, el conocimiento en la relacióngenera desorden. Si usted me ha ofendido, yo recuerdo eso; usted me ofendió ayer, o hace unasemana, y eso permanece en mi mente, es el conocimiento que yo tengo de usted. Este conocimiento impide la relación; este conocimiento engendra desorden en la relación. De manera que la pregunta es: Cuando usted me ofende, cuando me halaga, cuando me difama, ¿puede la mente borrar eso en el instante mismo, sin registrarlo? ¿Han intentado hacer esto?


¡Qué bella está la luna contemplándonos a través de las hojas, ¿verdad?, y el grito de aquellos cuervos, y la luz del atardecer! Esa luna extraordinaria entre las hojas es algo prodigioso.


Supongamos que ayer alguien me dijo cosas bastante crueles, que no son ciertas. Lo que esa persona dijo se registra, y la mente identifica a la persona con ese registro y actúa conforme a ese registro. Donde la mente actúa en la relación, con el conocimiento de ese insulto, de las palabras crueles, de esa cosa falsa, entonces ese conocimiento en la relación genera desorden. ¿Correcto?


Ahora bien, ¿cómo hará la mente para no registrar en el instante del insulto, o en el instante del halago? Porque para mí la cosa más importante en la vida es la relación. Sin relación tiene que

haber desorden. Una mente que vive en orden, en orden total -que es la forma más elevada del orden matemático,


~ Jiddu Krishnamurt

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