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Para evolucionar y manifestar nuestro propósito espiritual, debemos estudiar los principios masculino y femenino que existen dentro de nuestro ser, a fin de sanar su separación el uno del otro que se revela a través de la relación interna que tenemos con nosotros mismos. Una vez que reconocemos que somos inherentemente hombres y mujeres y que este hecho es inmutable, podemos experimentar cómo nuestra relación con nuestro hombre y mujer interno influye en cada relación externa que experimentamos en el mundo. Muchas veces, las respuestas que buscamos para resolver patrones recurrentes o conflictos que tenemos en nuestra vida y nuestras relaciones personales se remontan a la semilla causal de cómo nos sentimos acerca de nuestra Madre y Padre. La calidad de nuestras relaciones, ya sean saludables y equilibradas o poco saludables y abusivas, siempre volverá a los vínculos entre padres e hijos, en esta vida y en otras vidas.
Este patrón de género reflejará externamente a los demás cómo nos sentimos inconscientemente acerca de nosotros mismos, hasta que nos demos cuenta de la influencia que estos arquetipos tienen sobre nosotros y hagamos el trabajo interno para trascender y sanar estos patrones dolorosos. Cuidar de construir un núcleo interno fuerte, siempre incluye una exploración emocional y espiritual de la naturaleza de la separación de género, revisando nuestras creencias que formaron nuestra identidad consciente que rodea lo masculino y lo femenino.
Si le damos más valor a un género que al otro, inconsciente o conscientemente, esto se refleja en la forma en que tratamos a los demás, aumentamos la división, la falta de armonía y los conflictos de poder en todas nuestras manifestaciones externas. Si mantenemos niveles de desprecio o creemos que un género es más importante, más inteligente o superior, establecemos el fracaso en nuestras relaciones personales y de vida, al proyectar este desdén sobre el mismo principio de género que existe dentro de nosotros mismos. Los hombres que proyectan daño u odio hacia las mujeres destruyen su mujer interior. Las mujeres que proyectan daño u odio hacia los hombres, destruyen a su hombre interior. Como resultado, tanto hombres como mujeres descienden a la programación de la miseria sexual como resultado de la separación interna de género. Lo que cada persona necesita para encontrar integridad y realización dentro de sí misma, está siendo destruido por sus propias acciones inconscientes a través de las elecciones que hacen en lo externo para separar aún más el género.
Hay que comenzar a regresar a nuestros recuerdos en la infancia para observar cómo esa experiencia se formó en nuestros sistemas de creencias en la edad adulta, para que podamos desentrañar nuestros sentimientos y percepciones más profundas que rodean los arquetipos masculinos y femeninos que se encuentran dentro. Muchas veces, esto significa que tendremos que abordar lugares donde tenemos conflictos dolorosos o traumas emocionales, que se han registrado. Una vez que somos conscientes de las influencias arquetípicas que rodean nuestra vida de experiencias y creencias que se reunieron alrededor del hombre-mujer, entonces podemos comenzar a decodificar los patrones de género dolorosos en nuestros propios comportamientos que habíamos enterrado y comenzar a cambiarlos. Descubrimos estos patrones y actitudes de género prestando atención a lo que se muestra en nuestras relaciones con los demás, especialmente cualquier patrón destructivo que surja en las relaciones emocionalmente íntimas y sexuales.
Si prestamos atención a lo que estos patrones de género significan para nosotros como sistemas de valores y elegimos liberarnos del dogma y los roles estáticos al dejarlos ir, podemos experimentar una profunda curación espiritual. Una constante importante es saber que cualquier relación basada en el engaño, que está siendo desempeñada por la identidad falsa o los roles de género controlados por la mente, nunca se basará en una base saludable que genere confianza. Sin amor incondicional, honestidad, plena revelación y confianza ganadas entre las personas involucradas en cualquier tipo de relación interpersonal, esa relación está condenada al fracaso a través de los patrones destructivos que la iniciaron.
Podemos elegir desarrollar conexiones profundamente significativas con los demás o convertirnos en actores, para las personas que solo se preocupan por nosotros cuando nos presentamos en el arquetipo que los hace sentir más cómodos.
El género no tiene roles inherentemente fijos o expectativas sexuales, ¡todo esto se puede decidir como lo más saludable y equilibrado para apoyar a nuestro hombre y mujer interior! Esta acción revolucionaria de volverse conscientemente auténtico, puede cambiar radicalmente todas las relaciones externas que tenemos hacia una armonía mucho mayor, al cambiar la relación que tenemos con el principio de género que existe dentro de nosotros. Al vivir en armonía con la Ley de Género, la vida se vuelve más simple, fácil y fluye más.