Para usar nuestra energía sabiamente, necesitamos saber a qué nos enfrentamos realmente y el estado de la guerra espiritual que se desata. En otras palabras, necesitamos saber la verdad. ¿Cómo podemos saber la verdad cuando todo lo que escuchamos son mentiras? “Escucha a tu corazón”. La verdad está ahí y está a la vista, depende de nosotros reconocerla. ¿Quieres conocer la verdad?, la respuesta es simple: detente, quédate quieto y observa. Solo cuando hacemos esto podemos comenzar a ver las fuerzas e influencias que nos afectan.
Todo lo que se dirige a nosotros tiene que ser expuesto incluso si está disfrazado. Entonces, para evaluar esas fuerzas de manera verdadera y precisa, debemos encontrar un punto de quietud y neutralidad desde donde hacer las evaluaciones adecuadas. En mi experiencia, cuanto más me quedo quieto y observo más profundo me sumerjo en la madriguera del conejo. No necesito convencer a un juez de mis hallazgos, ni necesito convencer a mi madre, hermana o cualquier otra persona. Necesito determinar por mí mismo, nadie más. Una vez que he visto estas fuerzas nefastas ocultas, me aparto del camino simple y silenciosamente. Esa acción sola requiere poca energía de mi parte y hace que la energía de esa fuerza se desperdicie. A medida que más de nosotros comencemos a ver esas fuerzas trabajando, más de esa energía nefasta se desperdiciará.
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