Cuando identificamos estos tipos de disparadores mentales que nos llevan a patrones de pensamiento distorsionados, al notar nuestra tensión, ansiedad o niveles de frustración, podemos cambiar el equilibrio en nuestra forma de liberar nuestro estrés. Inmediatamente podemos cambiar la tensión a través de reenfocar nuestra mente en la respiración, o reenfocarnos en el momento actual de la sensación sensorial. Al reenfocarse en el momento en que se experimenta tensión o estrés, evita las reacciones impulsivas, como soltar palabras negativas o expresar un comportamiento de enojo. Cuando expresamos el comportamiento de enojo de manera impulsiva, generalmente no es una situación agradable o positiva para nosotros o para los que nos rodean. Cuando tenemos un impulso, no es una práctica saludable para nadie. Esto es muy perjudicial emocionalmente en una persona y en una relación basada en la confianza. En la mayoría de las situaciones sociales, es preferible reconocer el enojo y aprender a observar que el enojo aumenta el estado de sentirse abrumado para que esto no ocurra hay que dominar el cuerpo, la mente y las emociones. Es posible presenciar y sentir la ira al instante y reenfocar esa ira de inmediato, para rechazarla.