El autoliderazgo es esencialmente un proceso continuo de autorreflexión interna, autorregulación emocional y observación externa para conocernos verdaderamente a nosotros mismos y, en el proceso, aprender a comprender más profundamente las motivaciones y comportamientos de quienes nos rodean, lo que da forma a una evaluación más precisa de entornos. El autoliderazgo es el proceso humilde de crecer hasta la edad adulta o la maduración desarrollada, donde nos hacemos responsables de nosotros mismos y, por lo tanto, dejamos de dar ciegamente nuestro poder. El autoliderazgo se trata de volverse consciente y despierto.
Cuando somos niños o carecemos de autoliderazgo, la reacción natural es ceder nuestra autoridad a otras personas, grupos, organizaciones y gobiernos que quieren quitarnos nuestro poder. En este estado no desarrollado o inmaduro, observamos estas influencias externas en la cultura que promueven la autoridad dominante y luego las usamos para determinar nuestros sistemas de creencias personales, que establecen nuestro sentido del código moral y la conducta. La proyección de dependencia sobre un abusador o un sistema abusivo se conoce como el arquetipo de padre falso. El padre falso es un programa de Control Mental que se utiliza para condicionar a los adultos a volver a un estado inmaduro, basado en el trauma infantil que experimentaron con sus padres biológicos, por lo que darán todo su poder y consentimiento en la edad adulta a los Pilares Controladores de la Sociedad.
Mientras que el autoliderazgo se enfoca en observar y manejar el yo hacia el cumplimiento de la expresión más alta, el liderazgo se enfoca más en cómo uno influye en los demás a su alrededor. ¿Por qué es importante? Comprender el autoliderazgo y discernir las verdaderas cualidades de liderazgo son factores importantes en la forma en que lidera y dirige su propia vida, marcando el rumbo y cultivando la realización personal y el gozo a través de la búsqueda de un propósito espiritual. Algunas personas nacen con un plan que las ayuda a convertirse en líderes naturales, mientras que otras pueden cultivar estas cualidades al desear mejorar ellas mismas y mejorar sus vidas expresando más alegría, significado y propósito.
El autoliderazgo está directamente relacionado con el desarrollo espiritual personal, conocerse a uno mismo. Al tener una mayor conciencia de sí mismo, valores personales y confianza en sí mismo, podrá discernir mejor las motivaciones más profundas de los demás y no seguir ciegamente a otras personas y organizaciones que abusan del poder y la autoridad. Al comprender nuestros propios dones únicos, ser honestos acerca de las fortalezas y debilidades personales y estar dispuestos a aprender lecciones a través de las experiencias del día a día, obtenemos una inmensa claridad y conocimiento sobre las interacciones que tenemos en cada área de nuestras vidas. Esta claridad nos permite priorizar y encontrar un enfoque único para las cosas que realmente valoramos y, a través de nuestro enfoque y atención directos, queremos crear más en la construcción de un estilo de vida gratificante.
Las guerras culturales actuales están utilizando tácticas agresivas de control mental para atacar deliberadamente el individualismo, la autonomía y el autoliderazgo, para cultivar una generación de pensadores no críticos que automáticamente siguen el colectivismo, la heteronomía (coerción) y la obediencia ciega a otro nivel de tiranía global. Esta guerra cultural se comercializa a través de la incorporación aceptable del satanismo, ya que muchos desconocen que las raíces de estas ideologías de esclavitud son de hecho satánicas. Con esto en mente, vale la pena reflexionar sobre el macrocosmos actual de los eventos mundiales y observar cómo estas muchas influencias principales pueden afectar su vida personal.
¿En qué creo y en qué valoro mi vida? ¿Cuáles son mis fortalezas y debilidades, qué puedo mejorar? ¿A dónde voy? ¿Puedo soportar la incomodidad para hacer los cambios necesarios para ser mi yo superior? Cuando soportamos tiempos de gran agitación que pueden actuar como catalizador espiritual, es entonces cuando nos sometemos a pruebas de carácter moral, pruebas de autoconciencia con el fin de refinar y destilar la pureza de nuestra esencia espiritual interior. En estas etapas desafiantes, es posible que nos encontremos con una mayor sensación de ataques de entidades oscuras, fenómenos relacionados con el astral, programación del victimario, inserciones de audio de diálogos de dudas, todo relacionado con la perpetuación de la programación basada en el miedo para las masas. La intensidad de estas experiencias puede ayudarnos a comprender mejor el autodominio que debemos desarrollar sobre los aspectos de las sombras ocultas, a medida que nos elevamos por encima del miedo para impulsarnos hacia otra etapa del despertar espiritual, para llegar a la claridad interior.