Artista: @surrealpaintings
“Tus hijos no son tus hijos. Son los hijos e hijas del anhelo de la Vida por sí misma.Vienen a través de ti pero no de ti,y aunque están contigo, no te pertenecen. Puedes darles tu amor pero no tus pensamientos. Porque tienen sus propios pensamientos. Puedes albergar sus cuerpos pero no sus almas. Porque sus almas moran en la casa del mañana, que no podéis visitar, ni siquiera en vuestros sueños.Puedes esforzarte por ser como ellos, pero no trates de hacerlos como tú.Porque la vida no retrocede ni se demora en el ayer.Vosotros sois los arcos de donde salen vuestros hijos como flechas vivas. El arquero ve la marca en el camino del infinito, y Él te doblega con Su poder para que sus flechas lleguen rápidas y lejos. Que tu doblez en la mano del arquero sea para alegría;Porque así como Él ama la flecha que vuela, así también ama el arco estable”.~ Khalil Gibran
“El cerebro humano es un órgano social que está formado por la experiencia, y que está formado para responder a la experiencia que estás teniendo. Entonces, particularmente antes en la vida, si estás en un estado constante de terror; tu cerebro está diseñado para estar alerta ante el peligro y tratar de hacer que esos terribles sentimientos desaparezcan.
En un entorno de desarrollo saludable, su cerebro llega a sentir una sensación de placer, compromiso y exploración. Tu cerebro se abre para aprender, para ver cosas, para acumular información, para formar amistades. Pero si... no te tocan ni te ven, partes enteras de tu cerebro apenas se desarrollan; y así te conviertes en un adulto que está fuera de sí, que no puede conectarse con otras personas, que no puede sentir un sentido de sí mismo, un sentido de placer.
Si te encuentras con nada más que peligro y miedo, tu cerebro se atasca en protegerse del peligro y el miedo”. Dr. Bessel van der Kolk, “El trauma infantil conduce a cerebros conectados para el miedo” “Todos estos “diagnósticos” [DSM] ignoran la etiología más común de estos trastornos: trauma temprano y alteraciones en la seguridad del sistema de apego. Si tuviéramos que reconocer las realidades sociales que dan lugar al [C-PTSD], podríamos dejar de buscar algún misterioso origen bioquímico o genético que mantiene en funcionamiento a innumerables laboratorios de investigación y comenzar a poner nuestros recursos en convertirnos en un sistema de salud pública que se centre en prevención y reparación, creando condiciones óptimas para que los niños y adultos jóvenes se desarrollen y prosperen”. Dr. Bessel van der Kolk, "La política de la salud mental", Psychotherapy Networker