El control mental de la tercera dimensión está configurado para destruir intencionalmente la coherencia y la estabilidad de los conjuntos de valores normativos que definen y modelan los estándares de comportamiento en toda la civilización humana. A través de la promoción masiva de los sistemas de valores antihumanos, destruye la integridad y la confianza dentro del tejido de la sociedad y erosiona directamente el desarrollo de la integridad personal.
Al utilizar sistemáticamente las tácticas de deshumanización para invalidar la necesidad vital de un funcionamiento eficaz y valores equitativos basados en el sistema humanitario en toda la sociedad, esta agenda antihumana erosiona con éxito la mayoría de la integridad personal de un individuo.
Los Controladores no quieren producir personas con integridad personal que sigan un sistema de valores coherente que promueva una autoestima y una auto-responsabilidad sólidas, una persona que vive por lo que cree y no comprometa su integridad.