El cerebro global y la conciencia colectiva impactan el cerebro humano individual a través de una variedad de factores que reorganizarán los pensamientos en patrones coherentemente integrados (cordura) o colapsarán los pensamientos en un caos desarticulado y fragmentado (locura). Este ciclo nos está llevando al punto de elección de mantener la cordura o la locura como formas de pensamiento, y debemos elegir. El estado mental que elegimos conduce a patrones personales de influencia energética. Dependiendo de nuestras formas de pensamiento, estaremos protegidos o bombardeados de los comportamientos colectivos que se manifiestan por las fuerzas colectivas en el medio ambiente. Nuestro estado mental personal reflejará cómo esas fuerzas colectivas del caos nos impactan o no. ¿Puedes mantener la paz en el caos? La cordura se define como permanecer mentalmente abierto y mentalmente flexible, mientras se eligen comportamientos, pensamientos y actitudes espiritualmente saludables.
La locura se define como cerrarse en creencias robóticas y mentalmente rígidas de comportamientos, pensamientos y actitudes espiritualmente abusivos. La rigidez mental conduce a crisis mentales y daños en el sistema nervioso que se manifestarán en una variedad de niveles de disociación, que potencialmente conducirán a una ruptura psicótica. La ruptura psicótica se crea a partir del estrés traumático extremo o el dolor colocado en el cuerpo, el cerebro y el sistema nervioso.
La transformación en los conjuntos de instrucciones de mensajes de ADN realizados en la célula para el almacenamiento de información a largo plazo está ocurriendo en los niveles de conciencia individual, colectiva y planetaria. La información a largo plazo y los registros celulares son el equivalente de los recuerdos. Todos los recuerdos en los que nos identificamos como humanos; con una raza, con una religión, con una historia, o cualesquiera que sean nuestras creencias acumuladas, están sufriendo modificaciones. En el cerebro en funcionamiento, acceder a la memoria a corto plazo es, de hecho, acceder a los comportamientos acumulados que se registraron en un vasto conjunto de células nerviosas y sus moléculas asociadas en el cuerpo.
La humanidad está en un proceso de identificación de la fuente de nuestros valores, ética y prioridades en la vida. Para que ocurra un cambio real, las personas deben tomar diferentes decisiones en situaciones familiares. Dado que lo que valoramos en la vida está representado en todas nuestras elecciones, esto significa que las personas deben experimentar un cambio en los valores. Ese cambio de conciencia incluye la reeducación a los valores humanos en lugar de propagar valores antihumanos. Para que se produzca un cambio de valores en el mundo, la visión del mundo, el contexto personal y la percepción miope de las personas deben cambiar para incluir una visión más amplia. La conciencia del gran fraude que se está cometiendo como el Engaño de los Controladores es una parte integral de encontrar esa claridad que se requiere para que la visión del mundo cambie.
Esto requiere el desarrollo constante de una mayor responsabilidad hacia los comportamientos que elegimos cuando interactuamos con los demás y cómo interactuamos en la conciencia grupal. En muchos casos, nuestra responsabilidad personal recae en el lugar donde debemos establecer límites firmes con personas que tienen comportamientos poco éticos o destructivos y no desean detener estos comportamientos. Para muchos, no hay más espacio personal para que las personas emocionalmente inestables tengan acceso a nosotros, cuando no quieren evolucionar más allá de esos comportamientos. Este cambio actual que está ocurriendo en las relaciones, puede encender viejos sentimientos de abandono y traición, que son los temores centrales que tenemos todos los humanos.
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