La agenda de Control Mental Global quiere que todas las filosofías humanistas o experiencias directas con nuestra Alma, Espíritu o Dios, se definan y se cataloguen por uno de sus intermediarios del sistema de control de creencias; religión, medicina, nueva era, ateísmo científico o comunidad transhumanista, etc. Según algunos científicos y tecnólogos, el Alma, el Espíritu o Dios es un engaño formado por personas ignorantes y supersticiosas que usan la religión como una muleta, para encubrir su propia negación y el temor del destino inevitable de la humanidad con la muerte.
Si observamos las guerras, la violencia y la destrucción que ejercen los religiosos megalómanos a lo largo de la historia, las razones son claras de que muchas mentes educadas, científicas y racionales abandonaron la tiranía que encontraron en la religión y rápidamente la reemplazaron por una versión más nueva. Aunque en algunos círculos ateos, los objetivos son promover una sociedad mundial humanista basada en evidencia científica creíble, que sea noble y sincera, no puede lograr un progreso beneficioso sin reconocer la vasta existencia de los reinos energéticos espirituales no visibles, como reconocer la existencia del Alma. El ateísmo busca poner fin a los abusos de poder de los prejuicios basados en la religión realizados mediante la imposición de su propio tipo de sesgo de confirmación, que es validado por la versión de consenso informado de las comunidades científicas.
El ateísmo científico tiene una relevancia crítica en la configuración de los sistemas actuales que controlan las creencias en las áreas principales de la ciencia, la medicina y la educación, que afirman inequívocamente que estamos solos en un cosmos desprovisto de reinos sobrenaturales. Su afirmación es que no hay evidencia científica creíble de la existencia de un Dios, Alma o Espíritu.
Desafortunadamente, cuando las personas se desconectan de su Alma a través de la rígida creencia de que no tienen una, no obtendrán una mayor conciencia o una mayor capacidad de percepción sensorial. Para percibir más allá de las ilusiones del mundo material o la tercera dimensión, debemos conectarnos con nuestros cuerpos espirituales. Cuando estamos conectados a dimensiones superiores de conciencia mientras estamos en un cuerpo, aumentamos enormemente nuestra capacidad de percibir las muchas capas de la naturaleza espiritual-energética de nuestra realidad.