La Ascensión espiritual

La Ascensión espiritual es el proceso de iniciación espiritual, donde nos sometemos a pruebas de dominio personal para demostrar nuestro nivel de competencia, antes de que podamos pasar a la siguiente experiencia de expansión de frecuencia, dimensión o conciencia. En el camino de la Ascensión, se nos da una serie de experiencias de vida basadas en nuestro plan personal, diseñado para un aprendizaje superior para ayudar a alcanzar nuestra máxima expresión o probabilidad heroica. En el curso de nuestra vida, nuestro nivel de competencia se está probando para determinar si estamos listos para progresar espiritualmente al siguiente nivel de frecuencia y conciencia. Esto es puramente un proceso de resonancia energética, carente de intelecto o juicio. Debemos incorporar las frecuencias más altas de resonancias alineadas.

Comprender nuevas formas de pensar acerca de nuestra vida como una lección de experiencia de conciencia en la Tierra durante este Ciclo nos ayuda a evaluar y reconocer que debemos ser responsables de todos nuestros pensamientos, comportamientos y opciones de vida. Si estamos comprometidos con el proceso de reeducación que se requiere para expandirnos a nuestra alta conciencia espiritual, este camino creará importantes oportunidades de aprendizaje que nos ayudarán a obtener una mejora importante en nuestros niveles de competencia. A medida que nos volvemos más competentes y confiables para enfrentar cualquier tipo de situación de la vida, positiva o negativa, aumentamos nuestra coherencia energética, lo que impacta directamente nuestro nivel de acceso a la conciencia superior.

Los rigurosos estándares éticos se reflejan en el fortalecimiento necesario del carácter moral de uno, al encontrar la responsabilidad personal hacia el comportamiento o las acciones dentro de ese grupo, contemplando la naturaleza de la ética personal, que describen los niveles de competencia personal. Debemos decidir si la resonancia interna está ahí para comprometernos con el proceso de ascensión espiritual, ya que nos desafiará a desarrollar una mayor coherencia en cada interacción que tengamos en todos los niveles de nuestra vida. Esto es para nuestro mayor bien con la evolución espiritual en mente, sin embargo, puede traernos grandes desafíos para que podamos dominar nuestros miedos.

Aquí es donde entra el marco de decisión para cada persona. Algunas personas no valoran una plataforma espiritual donde el amor incondicional, el perdón, la compasión y la paz son los objetivos establecidos para lograr la coherencia, mientras practican estándares más altos de comportamiento ético con los demás. En cambio, pueden creer que estas son las cualidades y atributos de las personas débiles e ignorantes. Cada persona debe decidir si está dispuesta a alinearse con sus propósitos de crecimiento espiritual, aceptando los desafíos que enfrenta y que los ayudan a desarrollar competencias crecientes dentro de sí mismos. Si nos negamos a reconocer los desafíos de la vida como lecciones y oportunidades para el crecimiento espiritual, nos estamos perdiendo el mensaje más importante.

No hay una respuesta correcta o incorrecta cuando se trata de tomar decisiones en nuestra vida o dentro de nuestro desarrollo espiritual, simplemente se refleja en el estado de conciencia que hemos logrado en ese momento. Sin embargo, si nos negamos a cambiar, nuestro crecimiento espiritual se puede retrasar fácilmente y volvemos a repetir patrones de comportamiento viejos y limitantes. Nuestras influencias energéticas personales darán forma a nuestras motivaciones, que influyen en nuestras percepciones, nuestras percepciones influyen en nuestros sistemas de creencias, y estas creencias influirán en nuestras acciones y elecciones en la vida. Por lo tanto, este es el momento de reflexionar profundamente sobre el conocimiento de nuestras motivaciones auténticas, tanto ocultas como en la superficie. A medida que reflexionamos más profundamente sobre nuestros objetivos y prioridades personales en la vida, debemos encontrar los objetivos relativos a nosotros y, con suerte, tratar de mejorarlos, que es el proceso natural de la evolución de la conciencia.