La personalidad corporativa es el concepto legal de que una corporación, separada de sus empleados humanos asociados, tiene algunos de los derechos y responsabilidades legales otorgados a los humanos físicos. Los tribunales han extendido ciertas protecciones constitucionales a las corporaciones. Este es un buen ejemplo del uso del sistema legal para producir conglomerados corporativos internacionales que actúan como la fachada que oculta el sistema controlador de la inversión energética.
Las corporaciones tienen la responsabilidad fiduciaria de sus accionistas de obtener ganancias, poner sus intereses económicos por encima de cualquier consideración humanitaria, ética o moral. Es de sentido común que una democracia o civilización destinada a servir al pueblo no puede construirse sobre la premisa de que el dinero tiene prioridad sobre la gobernanza de todos los asuntos humanos.
Evaluar a las corporaciones en busca de síntomas patológicos:
Desprecio insensible por los sentimientos de los demás.
Desprecio temerario por la seguridad de los demás.
El engaño, la mentira y la complicidad repetidas de otros para obtener ganancias.
Incapacidad para experimentar culpa o remordimiento.
Incumplimiento de las normas sociales con respecto a los comportamientos legales.
Si las corporaciones son personas, entonces son psicópatas asesinos en serie a los que nunca se les debe otorgar el derecho de ganar poder, o gobernar y controlar a las personas. El conglomerado masivo de corporaciones multinacionales está configurado para comportarse como depredadores que saquean a las personas a través de los sistemas de circuito cerrado de inversión de energía, que ocultan los objetivos reales de los depredadores de la esclavitud humana global.
Dado que la cultura corporativa general promueve y recompensa la psicopatía, atrae a los psicópatas del lugar de trabajo que tienden a ser escaladores corporativos para obtener más estatus, dinero y poder. Los psicópatas son generalmente más comunes en los niveles superiores de las organizaciones corporativas y sus acciones a menudo causan un efecto dominó en toda una organización, lo que establece el tono para toda una cultura corporativa.
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