Los principios masculino y femenino de la creación están representados dentro de nuestros cuerpos y la función de cada cuerpo de género obedece ese principio en la dirección de la energía electromagnética y la conciencia. Cuando expandimos la conciencia y unificamos nuestros aspectos energéticos del género, nos volvemos andróginos. Eso significa que no importa en qué cuerpo estemos, tenemos un cuerpo de género que está unificado tanto en el principio masculino como en el femenino.
El principio masculino y los órganos sexuales masculinos representan el cuerpo material de la creación en la numerología de Cinco (5). Cuando el cuerpo masculino circula energía y se conecta con todos los elementos terrenales, está representado por la geometría de estrella de cinco puntas, que se conoce como el Pentagrama. Este es el Hombre representado en el microcosmos, simbolizando nuestro lugar en el macrocosmos y la filosofía Hermética, como arriba, abajo. El ejemplo puede ser visualizado por el Hombre de Vitruvio de Leonardo Di Vinci como una estrella de cinco puntas. Podemos entender por qué el Pentagrama ha sido arrojado como un símbolo de miedo y Satanás por aquellos desinformados sobre su verdadero significado.
El Principio Femenino y los órganos sexuales femeninos representan el cielo, o el principio espiritual de la creación, la unificación de la Tierra con el cielo y está representado en la numerología de Seis (6). Cuando el principio espiritual femenino se une con los cinco elementos terrenales principales, se crea el sexto punto. Esto se representa en la geometría de la estrella de seis puntas, que también se conoce ampliamente como la Estrella de Merkaba o Estrella de David. El principio femenino incorpora el principio masculino equilibrado en la Tierra dentro de ella, y anima el espíritu a la energía masculina y femenina a la unificación del nacimiento.