
¿Él hombre llegó a luna, a Marte o a otros planetas? Si evidentemente pero controlados por los alienígenas y con su tecnología extraterrestre y esto nos enlaza a las famosas Bandas de Van Allen o los Cinturones de Van Allen que nadie las ha cruzado en el mundo 3D, las pueden cruzar en 5D y para eso necesitan tecnología de naves ultra secretas, solo se logra con el uso de una nave con tecnología de propulsión de inversión electromagnética toroideal total.
Si entraran en una nave cohete a las Bandas Van Allen, primero experimentaran desorientación, verían flashes de luz en sus ojos, esto por la presencia de una gran fuente electromagnética más radiación y finalmente se quemarían con radiación ionizante y electromagnética de alta energía, varios miles de veces más fuertes que el interior de un horno de microondas, solo se puede salir de la Tierra con una nave avanzada o por un portal.
La tecnología con la cual disponemos nos impiden cruzar las Cinturones Van Allen. La Tierra es el único planeta que las tiene y son artificiales, no hay que confundirlas con la magnetosfera que la tienen todos los planetas.
Los cinturones de radiación de Van Allen son dos zonas, que rodean la Tierra, en las que hay cantidades bastante elevadas de partículas cargadas de alta energía (que tengan alta energía implica que se mueven muy rápido, a velocidades prácticamente similares a las de la luz). Estas partículas son, principalmente, protones y electrones. El cinturón interno, que es también el más intenso, se extiende desde, más o menos, los 1.000 kilómetros de altura hasta los 6.000 kilómetros por encima del planeta. El cinturón exterior comienza a 15.000 km de la superficie y se extiende hasta los 25.000.
Se cree que ambos cinturones de Van Allen se generan por procesos diferentes. El interior se compondría, principalmente, de protones energéticos (que proceden de la descomposición de ciertos neutrones, que, a su vez, son el resultado de las colisiones de los rayos cósmisos contra las capas altas de la atmósfera. El cinturón exterior está compuesto principalmente de electrones procedentes de las tormentas geomagnéticas (es cómo se llama a las tormentas provocadas por el viento solar, ese chorro de partículas emitido por el sol constantemente en todas direcciones, que interactúa con el campo magnético de la Tierra).
Entre el cinturón exterior e interior hay un hueco de casi 10.000 kilómetros. Es una especie de zona segura, provocada por ondas de radio de muy baja frecuencia, en la que la cantidad de partículas es prácticamente cero. En ocasiones, las llamaradas solares pueden provocar que la zona se llene de partículas, pero desaparecen en cuestión de días (literalmente).