Es el momento en que estamos en un punto decisivo en la historia de la humanidad, una vez más. Por todos lados, me preguntan: "¿Qué va a pasar?" En todas partes hay angustia, expectativa, miedo. "¿Que es lo que va a pasar?" Solo hay una respuesta: "Si solo el hombre pudiera consentir ser espiritualizado". Y quizás sería suficiente si algunas personas se convirtieran en oro puro, ya que esto sería suficiente para cambiar el curso de los acontecimientos. Nos enfrentamos a esta necesidad de manera muy urgente. Este coraje, este heroísmo que la Divinidad quiere de nosotros, ¿por qué no usarlo para luchar contra las propias dificultades, las propias imperfecciones, las propias tinieblas? ¿Por qué no enfrentar heroicamente el horno de purificación interna para que no sea necesario pasar una vez más por una de esas terribles y gigantescas destrucciones que sumergen a toda una civilización en la oscuridad? Este es el problema que tenemos ante nosotros. Corresponde a cada uno resolverlo a su manera.
Tener una relación total entre el corazón, la mente, el cuerpo y el alma, de modo que a través de esa profunda relación sagrada, podamos entrar en el campo de fuerza unificado de la realidad, volvernos completamente encarnado y presente, y usar ese amor interno para expresar nuestro anhelo de ver el mundo transformado. Lo que está realmente en juego es esto: si continuamos teniendo una visión de la relación como puramente personal, puramente privada, y algo que cultivamos solo para nuestro propio placer, seguiremos alimentando el narcisismo trágico que ahora está devastando el planeta en cada momento y nivel. El verdadero impulso, propósito y significado y la importancia divina de la relación es darnos el combustible para enfrentar el mundo. Es crítico recordar que esta crisis a la que nos enfrentamos es una crisis en la cual los poderes sagrados del amor en el alma humana se están desviando por distracción, por codicia, por ignorancia, por la búsqueda del poder, de modo que nunca transformemos el mundo. Lo que se necesita es una visión de la relación evolutiva como una relación que nos ayuda a entrar en lo real, asumir la responsabilidad y representar nuestro propósito sagrado con una pareja y para el mundo: cuando dos amantes se unen en esta dinámica conciencia de amor, crean un campo transformador de energía sagrada, del cual ambos pueden alimentarse para inspirar su trabajo en la realidad.
Ambos seres necesitan ser sumergidos individualmente en una profunda y apasionada devoción del Amado [Divino], por cualquier nombre que conozcan al Amado, porque sin ambos seres centrando su vida en Dios, la relación nunca podrá escapar del círculo privado.Desde el principio debe estar centrado en lo Divino.Debe ser una relación que se lleva a cabo en la presencia cósmica de lo Divino para el gran trabajo de lo Divino en el Universo.Solo una relación centrada en Dios, y que tiene a Dios como el actor principal en la relación, podrá soportar las vicisitudes del amor auténtico, de enfrentar los desafíos de la vida y el servicio en el mundo.
Sin embargo, también debemos reconocer que todos estamos involucrados en nuestros propios procesos individuales. Todos estamos donde "necesitamos estar" y por qué es así, se basa en muchas incógnitas que nuestras mentes no pueden entender. Al mismo tiempo, también se está produciendo un proceso colectivo con respecto a la imagen más amplia de la evolución de la conciencia; que nos afecta e influye a todos, y esto se manifiesta de manera diferente para cada uno de nosotros. Todo está conectado e interrelacionado, nada está aislado o separado; a pesar de que nuestra mente egoica lo percibe de esa manera. Hay un plan Divino / Voluntad superior que hace su magnífico trabajo en niveles invisibles.
Muchos de nosotros experimentaremos esta aceleración de averías y avances. Este proceso da como resultado una mayor presión para despertar y, por lo tanto, puede provocar más sufrimiento por su tendencia a mencionar "cosas" que hemos suprimido, a veces, incluso durante toda la vida. A medida que nos sensibilizamos más, también comenzamos a sentir el sufrimiento y el dolor del colectivo y de toda la humanidad cada vez más. Dependiendo de cómo manejemos la intensidad de estas energías, puede descomponernos y hacernos caer en espiral hacia más sufrimiento y desesperación, o puede abrirnos a estados de conciencia más elevados, si elegimos participar en este proceso conscientemente. La mayoría de las veces es al mismo tiempo, el ascenso y el descenso, a medida que la conciencia se amplía a nuestro alrededor y el proceso de transmutación se acelera.
Para aquellos que deciden "responder al llamado" para participar conscientemente en este proceso, la vida adquiere un significado y un objetivo completamente nuevos a medida que comienzan a responder a algo profundo dentro de ellos.Esta llamada a menudo llega como una voz muy suave y silenciosa al principio y apenas se nota. Sin embargo, está allí; La voz de nuestro ser psíquico, que dirige y guía nuestra evolución.Este llamado interno nos inspira a emprender el camino, impulsado por preguntas como "¿Quién soy yo?""¿Por qué estoy aquí?""¿De dónde vine?""¿De qué se trata la vida?". Es entonces cuando comenzamos a cuestionar todo, buscando la verdad de nuestro ser. Esta llamada es el punto de partida del buscador cuando comienza su búsqueda y aventura.