
Durante estos tiempos, aprender a reducir la velocidad de los pensamientos y alcanzar un estado mental relajado es de vital importancia. La simple verdad es que cuando liberamos a nuestro cuerpo y mente de hábitos destructivos y distracciones inútiles, creamos más equilibrio, lo que naturalmente manifiesta más gracia en nuestra vida.
Nuestro cerebro y nuestro cuerpo mental son mucho más efectivos en un estado relajado y en una atmósfera tranquila, porque este es el estado natural de nuestra esencia espiritual central. Todas las formas de ansiedad mental, estrés y sobre intelectualización hacen que nuestra mente se acelere a tener demasiados pensamientos a la vez, y esto abruma y nubla nuestro discernimiento, lo que nos hace tomar malas decisiones impulsivas. Para hacer contacto y comunicarnos con nuestras capas subconscientes, así como con nuestras capas de conciencia, necesitamos ir más despacio para alcanzar un estado de meditación totalmente relajado. Los cuerpos energéticos se comportan como las aguas que se mueven en un océano o río, si podemos sentir nuestra energía interna cuando se encuentra con las energías externas, podemos navegar por las aguas circundantes prestando atención al flujo de energía. Vamos con la corriente en un estado de fluidez relajada. Si nos movemos demasiado rápido y no prestamos atención al flujo de energía, podemos dejarnos llevar por la corriente de fuerzas más fuertes en un maremoto repentino e inesperado, y esto es cuando nos lastimamos o nos lesionamos.
Por lo tanto, es importante que aprenda a inducir un estado meditativo simple en sí mismo, donde se convierta en el observador y esté increíblemente relajado, y sin embargo esté alerta, no tan relajado que se quede dormido. Obviamente, este estado no es para cuando estás haciendo un gran esfuerzo físico, pero en la mayoría de tu vida, puedes estar en este estado relajado de fluidez prestando atención a cómo se siente la energía a tu alrededor, mientras haces tareas simples o en el trabajo, completando responsabilidades. En la primera etapa del desarrollo de la habilidad de meditación, tenemos que sentarnos, relajarnos y aprender a observar los pensamientos que pasan sin tener apego a ellos. Una vez que notamos el patrón de pensamiento, lo dejamos ir y volvemos a enfocarnos en el momento actual. La siguiente etapa es adaptarse a las energías dentro de ti y fuera de ti. Cada uno de nosotros debe encontrar el estado de ser más natural para nuestro cuerpo que se sienta bien en el flujo energético, y no dejar que nuestra mente interfiera con ese estado natural de calma y equilibrio. En nuestro estado natural, nuestro ser interno se alineará fuertemente con el ser externo para traer armonía e integridad entre lo interno y lo externo.
Además, necesitamos saber cómo mantener la calma, incluso cuando estamos bajo un gran estrés en el momento. El estrés hace que nuestro cuerpo entre en un estado elevado de reactividad debido a la liberación de hormonas y neurotransmisores cuando nos sentimos abrumados y estresados. Por lo tanto, mantener la calma y disminuir la velocidad, incluso durante situaciones potencialmente tensas, puede establecer una sensación de poderosa quietud que ayudará a su mente a dejar de correr de un pensamiento al siguiente.
Para ser efectivos, necesitamos establecer una mentalidad pacífica antes de concentrarnos en cualquier cosa, especialmente cuando enfrentamos conflictos o desafíos. La fluidez general y la relajación de la mente y el cuerpo mejorarán en gran medida el desarrollo de la percepción sensorial superior y construirán vínculos de comunicación espiritual, lo que ayudará a brindar más claridad para la resolución de problemas. Cuando una persona es fluida y relajada, sus receptores de energía son abiertos y más receptivos a la orientación y las resoluciones creativas. Escuche a su cuerpo, trátelo con cuidado y haga correcciones cuando se sienta tenso, volviendo a un estado en el que su bio-ritmo se sienta relajado y abierto. Con la práctica, puede disciplinar su mente y sus emociones para no abrumar su efectividad en una variedad de entornos sociales. Cuanto más nos desidentifiquemos de nuestra necesidad de controlar las influencias externas y aprendamos a permitir y aceptar situaciones sobre las que no tenemos control, más rápido podremos adaptarnos y permanecer relajados mientras abordamos situaciones estresantes.