"Solo hay una Fuerza en el universo, pero se bifurca, y luego se bifurca nuevamente, y aún otra vez, y así sucesivamente, hasta que se muestra en la forma de muchas fuerzas aparentemente diferentes; pero hay que seguirlas hasta su fuente original y finalmente se descubre que son una. La gente llama a esto Dios, el Creador. Mora oculto detrás de todas las demás fuerzas. Cuando un hombre puede humillarse lo suficiente como para reconocer su ignorancia espiritual, sus debilidades emocionales y sus limitaciones mentales, cuando puede hacer todo esto con el espíritu correcto, se está preparando para la visitación divina. Entrarás en contacto conscientemente con este poder convirtiéndote en su instrumento; cooperarás inteligentemente con él. No puedes usar el poder divino, pero él te usará a ti. Ese poder es capaz de manifestarse en todas las formas posibles y en todos los planos posibles. Trabajando a través de ti, te convierte en una parte constructiva consciente de la gran creación elemental de la Naturaleza para que ya no actúes solo por tu propio entendimiento personal y fuerza, sino como su agente. Te vuelves literalmente consciente de este poder superior que actúa a través de ti, sintiendo una Fuerza que está más allá y por encima de lo conocido por la gran mayoría de los hombres. En la secuencia verás suceder milagros ante tus ojos, ya sean materiales, mentales o espirituales, porque ese poder no tiene límites. Cuando comprendemos el propósito de la encarnación y el propósito de la evolución, y cuando trabajamos conscientemente con el poder superior, nos convertimos en coagentes de la gran obra universal que la Naturaleza está tratando de realizar. Entonces nuestro propio poder se vuelve sublime e inmenso. Ese poder se convierte en tu recompensa cuando permites que actúe a través de ti. Nadie puede dictarle. Debes someterte y rendirte, y luego dejar que funcione como desee". - Paul Brunton, La Realidad Interior, 1939
“A lo largo de la historia, cada vez que floreció una genuina realización espiritual en nuestra especie, también hubo momentos exactos en los que las fuerzas invisibles de la oscuridad activadas fueron reconocidas conscientemente, lo que quiere decir que estos no son dos procesos separados (despertar y ver la oscuridad), sino que son uno solo y un mismo proceso, dos caras de una misma moneda que siempre van juntas. Al tratar con el mal, tenemos que ser capaces de reconocerlo y llamarlo por su nombre correcto. Por el contrario, cuando estos poderes más oscuros no son reconocidos, son los momentos de la historia en los que la destrucción se desarrolla de manera más flagrante en este mundo nuestro”. –Paul Levy
"La Gran Obra se trata de encarnar la fuerza divina, la individuación del alma y convertirse en un transductor consciente de la Voluntad Divina. La personalidad del ego con todos sus deseos, caprichos y quejas, derechos y vanidad, condicionamiento y programación, proyecciones y disparadores, heridas y traumas inconscientes, atrapada en identificaciones y etiquetas, encadenada a sus impulsos de naturaleza inferior, sobrestimándose a sí misma a través de la ilusión de “independencia” y “libre albedrío” es juguete y marioneta de innumerables fuerzas de las que el ser humano no es consciente en absoluto… hasta que se entrega a lo Divino que será la muerte del ego y el nacimiento del verdadero Uno mismo, que resulta en verdadera libertad y libre albedrío para uno solo puede ser libre en lo Divino.La voluntad personal se convierte en Voluntad Divina.Este proceso y trabajo se lleva a cabo durante vidas y vidas hasta que el alma está madura para participar conscientemente en la Gran Obra".-Bernhard Guenther