
Existe un equilibrio sutil que existe entre las energías del cuerpo, la mente y el alma que son responsables de la manifestación de estados de salud o enfermedad en cada persona. El trauma del alma y la exposición constante a circunstancias negativamente estresantes son la causa de todos los trastornos psiquiátricos y muchas enfermedades patológicas. Los estados extremos de estrés que se crean a partir de energías negativas y espíritus negativos, causarán puntos de ruptura o fracturas del alma en los enlaces más débiles de nuestro registro genético y las memorias celulares acumuladas. Cuando ocurren estas fracturas de energía, envían señales electromagnéticas al mensaje en nuestras células, que registran esa energía desequilibrada en los sistemas de nuestro cuerpo, y esto afecta el funcionamiento de nuestro cuerpo, mente y alma. Los mensajes desequilibrados cambian la química cerebral y el metabolismo del cuerpo, lo que puede causar una variedad de lesiones que se manifestarán a partir del registro genético del trauma de esa alma. Ese eslabón débil en el registro del trauma del Alma se determina a partir del registro ancestral o las conexiones genéticas familiares, hasta que estos registros ancestrales hayan sido eliminados del impacto en nuestros cuerpos espirituales. Los genes ancestrales llevan los enlaces a la expresión del comportamiento desequilibrado acumulado las emociones que se registran en nuestras células, y que determinarán el tipo de debilidad, trastorno o enfermedad que somos susceptibles de tener. Las energías negativas promueven enfermedades y si continúa sin corrección, permite una mayor acumulación de energía emocional negativa que profundiza el estado de la enfermedad en las matrices corporales. El factor determinante de qué tipo de enfermedad se manifestará está determinado genéticamente y es una función de los recuerdos dentro de nuestra genética única.