Artista: Anna Podedworna
“Las ideas son como los peces. Si quieres pescar pececitos, puedes quedarte en aguas poco profundas.Pero si quieres pescar el pez gordo, tienes que ir más profundo. En el fondo, los peces son más poderosos y más puros. Son enormes y abstractos. Y son muy hermosos.~David Lynch
“El conocimiento de uno mismo, si no va acompañado del conocimiento del mundo “allá afuera”, alimenta una visión e interpretación subjetiva del mundo, limitada por nuestras experiencias, nuestras rutinas, nuestras ilusiones, nuestros prejuicios y nuestros condicionamientos sociales. Para escapar, para encontrar la salida de este mar de sufrimiento, hay que ver el mundo tal como es, sin anteojeras. Desgraciadamente, sabiendo que ciertos miembros del rebaño intentarán siempre escapar, los de arriba que se benefician de nuestra ignorancia, los malos pastores, cuyo conocimiento forma parte de este necesario conocimiento del “allá afuera”, han levantado muchos cercos que deben cada uno romper para encontrar la salida.
Estamos atrapados en un laberinto, donde los caminos que parecen conducir hacia la salida se doblarán en el último momento y nos dejarán aún más atrapados; donde los maestros que dicen saber la salida nos dejarán aún más perdidos en la ilusión porque creemos que estamos viendo con claridad cuando todo lo que vemos es nuestra propia subjetividad consagrada como Verdad. Algunos de estos maestros son sinceros, siendo ellos mismos engañados. Otros son verdaderos depredadores espirituales que se alimentan de la sed de verdad y conocimiento de sus seguidores. Ya sean depredadores sinceros o conscientes, cumplen el mismo propósito, mantener al rebaño hipnotizado y aprisionado.
Esta idea perniciosa de la paz interior, tal como la presentan muchos maestros, asegura que las personas que han comenzado a hacer preguntas, que están agotadas por los horrores y el sufrimiento del mundo y de sus propias vidas, continuarán alimentando a los depredadores que los rodean desarrollando un capacidad de acceder a una fuente oculta de energía o felicidad. Una fijación en el Presente, en el contexto particular de la limitación al “ahora mismo”, nos ciega a nuestra experiencia pasada y la aplicación de nuestras lecciones al momento actual y las consecuencias en el futuro.
El conocimiento definido como certeza emocional, nos congela en nosotros mismos, encerrándonos lejos de aquellas personas que pueden ser capaces de vernos más claramente de lo que podemos vernos a nosotros mismos, cerrando así cualquier esperanza de escape. Cualquiera o todas estas enseñanzas pueden ir acompañadas de técnicas diseñadas para producir un estado alterado en el buscador, un estado de conciencia alterada que activa ciertos neuroquímicos que “sienten” dicha y esto luego sirve para reforzar la idea de que la enseñanza es “bueno” y “real”. El objetivo de cualquier trabajo esotérico debe ser el de la objetividad, primero en nuestra comprensión de nosotros mismos y luego, a medida que se desalojen nuestros filtros y programas, del mundo. Una verdadera enseñanza esotérica, por tanto, no sólo se centrará en el “Conócete a ti mismo”, sino que también aportará conocimientos sobre la realidad de nuestra realidad. Si falta uno u otro de estos aspectos en una enseñanza, entonces puedes estar seguro de que está incompleta, y una enseñanza incompleta, incluso si es por ignorancia del maestro, incluso si es inconsciente, es peligrosa". - Henry See