
El humanitarismo es el comportamiento de Servicio a los demás que tienen la capacidad de sentir empatía y compasión por los demás y está dirigido a beneficiar a otra persona, a otros grupos o al planeta. Por el contrario, el egoísmo es un comportamiento que se representa para beneficio personal o servicio a uno mismo.
Para recuperar la comprensión de los valores humanitarios, debemos aprender la empatía y la compasión. La empatía implica comprender los sentimientos y la capacidad de sentir los estados emocionales de los demás. Entonces, la forma en que las emociones se caracterizan en la experiencia personal de uno, es cómo se caracterizarán las emociones para otros que tengan experiencias similares. La capacidad de imaginarse a sí mismo como otra persona, de estar en su posición y poder sentir lo que pueden estar sintiendo en esas circunstancias (pararse en los zapatos de otra persona) es un proceso creativo que desarrolla compasión.
La empatía es claramente diferente de la simpatía, la pena y el apego a los dramas emocionales negativos, que actúan como una infección viral. La preocupación empática es el sentimiento de compasión o preocupación por el otro, y el deseo de ver a los demás mejor o con estilos de vida más felices, cumpliendo su potencial. Lástima es sentir que otro está en problemas y necesita ayuda y que no pueden solucionar sus problemas por sí mismos, lo que se describe como sentir pena por alguien. El contagio emocional es cuando una persona capta las emociones que otros están mostrando, sin reconocer que esto está sucediendo. Esta es la mente subconsciente que resuena con ese estado emocional y reacciona instintivamente.
El contagio emocional puede ser peligroso. Esto se debe al capricho de estados emocionales indisciplinados, generando impulsos automáticos, que pueden estallar en violencia espontánea cuando una persona tiene un ataque psicótico. El objetivo del desarrollo espiritual es estar totalmente presente y consciente de los estados mentales y emocionales y elegir conscientemente los estados psicoemocionales que uno expresa, controlando así los impulsos y siendo consciente de sí mismo.